10 de diciembre de 2007

Lindo y Querido, parte II

Aunque el formato de hora/evento resulta a mi parecer muy provechoso en una narrativa de este tipo, informo por este medio que dicho formato impone severos requisitos sobre mi pobre memoria, y serán inevitables ocasionales imprecisiones. Seguiré utilizándolo para el resto de mi historia de visitas y de viajes y de eventos y de encuentros, sólo que si en la primera parte era más o menos preciso el asunto, aquí puedo redondear horas en vez de minutos. Me conformo, por mi parte, con atinar a contar qué pasó en la mañana, qué en la tarde, y qué en la noche. Ah! y espero que el día también esté correcto. Claro que como bien podría estarme inventando todo esto, para quien no conozca la historia da lo mismo. Para quien sí la conozca, no es relevante si ustedes se saben mejor las horas que yo, sino que recordemos juntos.
Decía, pues, que...

Lunes, 26 de Noviembre
Cd. de México
00:30 Corro a los gatos diversos del cuarto y me acuesto a dormir. Pongo mi alarma para las 5:30 am.
5:30 Atinadamente programé una alarma que suena como trompeta militar, y eso facilita mi (algo espantado) despertar. Me lanzo rápidamente a darme un baño, rasurarme, ponerme lentes y hasta traje (porque, pues, ya lo traje, igual me lo pongo). Nótese que no me he rasurado-rasurado desde la última vez que estuve en la embajada, en febrero.
6:00 Apresuradamente cierro mi maleta, echo cosas aquí y allá, preparo papeles, etc., y bajo a encontrarme con Iván quien a pesar de tener una pata semi-rota, maniobra con tenebrosa destreza por las calles de la ciudad hasta depositarme sano y salvo en la parte de atrás de la embajada.
6:45 Me bajo del vehículo, me dirijo a la cola. Me mandan de regreso y me hacen entrar por otro lado (y a una cola más chiquita).
7:20 Después de que nos gritan mucho y nos checan nuestros papeles varias veces (no vayamos a hacerle a algún importante funcionario de los de allá adentro perder el tiempo con papeles incompletos o incorrectamente llenados), nos hacen pasar y dejar todos nuestros dispositivos electrónicos encargados en la entrada. Luego me dan mi numerito: 132.
8:20 Después de comentar con el número 131 toda la idiosincracia asociada con el proceso de obtención de visa y concluír que nomás nos encanta quejarnos pero bien que ahí estamos, paso a que me tomen huellas digitales. También me toman dos fotos (en la primera uno de mis chinos se cruzó frente a mi cara y el individuo que tomó la foto estaba preocupado de que "parece como una cicatriz") y checan y escriben cosas en una computadora. Cosas, por supuesto, que jamás me dejarán ver o saber, pero que tienen que ver conmigo.
8:40 Más huellas digitales, y a esperar en otro lado. Trato de insinuar a la mona que me manda a sentarme que soy H1B y soy especial, y que deberían pasarme con la gente especial a una ventanilla para ese efecto, pero no le causa mucha impresión y me manda a sentarme. La instrucción es que espere mi número.
9:00 Continúo mi conversación con Cientotreintaiuno, preocupado sin embargo por la casi certeza de que sí debo ser especial y que algo está mal aquí.
9:05 Le pregunto a una señorita diferente, que inmediatamente me manda a formarme a una cola especializada donde sólo esperan otras dos personas.
9:35 300 dólares después, tengo en mi mano un pequeño recibo que entrego a la gente de Pegaso. Las instrucciones son que alguien va a ir por mi visa y que ahí la guarden. No me dejan sacar mi celular para ver el teléfono del Tío y dejarlo como punto de contacto, así que dejo mi teléfono de Cancún. Por el servicio de no mandar mi pasaporte me cobran 55 pesos.
9:50 Le llamo rápidamente a Iván pa' que me saque de ahí. He cumplido mi misión, y ya no me quedan pendientes en la Ciudad. Pasamos a sacar una copia de mi credencial de elector, anexo el taloncito de Pegaso y firmo ambas cosas.
10:20 Llego a la Central Camionera del Norte. Compro un boleto a Tequisquiapan, me siento con mis mil mugres a esperar el momento de abordar.
10:50 Como tamales, uno chiapaneco y uno de dulce. No se me quita mucho el hambre, pero esas cosas saben buenas.
11:15 Abordo el autobús.

Tequisquiapan, Querétaro
14:00 Llego a la pequeñísima estación de autobuses de Tequis. Tomo un taxi a casa de los Opas.
14:30 Este es otro de mis múltiples hogares. Ubico mis cosas adecuadamente, me doy un baño, y espero a que regresen los golfistas.
15:30 Buena comida, buen vino, conversaciones en Alemán, porque está mi tía Uschi de visita desde Frankfurt. Por cierto que para este punto mi malestar estomacal ya está más que olvidado.
23:00 Me voy a dormir.

Martes, 27 de Noviembre
Tequisquiapan, Querétaro
8:30 Me levanto más tarde de lo esperado. Me apuro a desayunar, bañarme, etc. Para ahorita ya me di cuenta de que dejé unos zapatos en Cancún y mis múltiples artículos de baño en casa del Tío. Informo de esto a las autoridades correspondientes.
9:30 Echo mis cosas a la cajuela y salgo rumbo a Querétaro.
9:50 Espero a que termine de pasar lo que parece ser un tren infinito antes de poder proseguir por la carretera.
10:10 Espero a que termine de pasar un segundo tren infinito, antes de poder proseguir por la carretera. He recorrido ese camino varias veces. Realmente pocas me ha tocado tren. Nunca me habían tocado dos trenes seguidos.

Santiago de Querétaro, Querétaro
10:40 Llego al Tec. Entro identificado como Exatec y me estaciono como si fuera un día cualquiera y yo fuera a clases. Sensación por demás extraña.
10:45 Estoy frente a la oficina del renombradísimo Dr. Rick L. Swenson, con quien quedé de verme a las 10. Él no está ahí.
10:50 Me encuentro con que Rick va saliendo de administrar un examen final. Lo acompaño al banco a hacer alguna operación de esas que requieren de un banco, y platícole de mi vida y trabajo en Austin. Comentamos las tendencias de la nueva carrera, la calidad de los actuales estudiantes, y las cosas que considero me han resultado más valiosas de lo que él nos enseñó, tanto para realizar mi chamba como para conseguirla en primer lugar.
12:15 Me encuentro con Fer en la cyber. Vamos por un café.
14:00 Pasamos a Gandhi. En un arrebato de locura, compro como dos kilos de libros. Quizá más, no soy muy bueno pa' pesar.
15:00 Vamos a comer, luego por otro café.
18:00 Vamos a casa de Chava y Beto, no hay nadie. Vamos a casa de Perla, que ahí está. Platicamos brevemente, le informo de mi firme intención de tomarme una Michelada, y de festejar mi única noche de estancia en Querétaro. Convenimos horas y lugares para los festejos, ella se encarga de hacer llamadas.
19:00 Vamos a casa de Fer, dejamos su coche. Vamos a Galerías, a ver si me compro algo. Quien insista en la necedad de ir de shopping en México viviendo en E.U. claramente cae en una necedad aún mayor. Aunque, si les sirve de consuelo, no compré nada. Luego a Wal-mart para comprar cosas que sí necesito, habiéndolas dejado con el Tío: cepillo de dientes, desodorante, rastrillo rasurador, etc.
20:30 Dejo a Fer en su casa.
21:30 Va llegando gente a casa de Beto y Chava. Muchos abrazos, mucha felicidad. Es como si nunca me hubiera ido, sólo que la gente está curiosamente feliz de verme.
22:00 Micheladas, conversación muy amena. Historias de sudamérica, de las playas de México, de Austin. Invitaciones recurrentes en ambas direcciones de la frontera.
23:30 De vuelta en el depa, armados con tequila. En algún punto el tequila fue insuficiente y se abrieron unas botellas de la reserva especial de Charanda de los Morelienses que son hoy mis anfitriones.

Miércoles, 28 de Noviembre.
Santiago de Querétaro, Querétaro
6:30 Ya se fueron todos y por fin convenzo a Chava de que me deje dormir. Duermo.
9:30 Para mi maldita suerte, despierto. Estoy cansado, pero no logro obligarme a volver al sueño.
9:50 Descubro que Beto ya se fue a trabajar, apaño su cama. Duermo.
11:30 Me baño, hago llamadas para organizar un desayuno de Tortas ahogadas. Nadie está muy exhilarado que digamos de estar despiertos a tan temprana hora, pero se acepta la moción. Chava es particularmente difícil de levantar.
12:30 Por fin nos dirigimos a las tortas ahogadas. Las acompañamos de un Michelada aún mejor que la de anoche.
14:00 Chava tiene entrega de algún proyecto inconcluso al rato, así que se dirige a trabajar. Yo me dirijo a su depa a dormir una siesta.
16:00 Regreso al Tec a despedirme de Chava y Perla.
17:00 Me despido de Fer. Intento llamarle a Javier desde su casa, pero tiene desactivado el servicio de celular, sobre todo larga distancia. Llamo de mi celular, con miedo a que se me acabe el crédito.
18:00 Parto hacia León, Gto., armado con mi Ipod y una coca.

León, Guanajuato
20:00 Cruzo el Arco del Milenio, indicador de que he llegado a mi ciudad-destino. Le marco a Javier, recibo instrucciones precisas de en qué gasolinería encontrarlo. Alcanza el crédito sólo para concluír que debe tomarme 20 min llegar ahí después de que haya atravesado todo León.
20:20 Llego a la gasolinería, veo a Javier. La indicación es que deje mi coche ahí en el Oxxo y me suba a una camioneta que viene acercándose con Lalo "El Flaco". Nos subimos a la camioneta y partimos hacia el aeropuerto, por donde pasé yo hace como 40 minutos.
21:00 Estamos en el aeropuerto, esperando a los Sierra y a los Mueller.
22:30 Vamos llegando al hotel donde la familia de Xavier ha de pasar la noche.
23:30 Comemos tacos al frío aire libre. Yo dejé mi sueter en el coche. La compañía es sumamente agradable.

Jueves, 29 de Noviembre
León, Guanajuato
00:30 Bebemos tequila en el depa de Javier, en plan tranquilo, El Flaco, Xavier y yo.
2:00 El Flaco se retira a su hogar, nos quedamos platicando.
4:00 Duermo.

Y en otra ocasión narraré de mis emocionantes aventuras en León y de lo que sucedió después de eso. Ahorita son las 00:23 del Martes, 11 de Diciembre, y toca escribir en mi propia historia algo así como: "Duermo".

1 comentario:

Uli dijo...

Felicidades guey
un abrazo